La terapia ocupacional, y sus profesionales los terapeutas ocupacionales,
ayudan a las personas a lo largo de sus vidas a participar en las actividades y
tareas que quieren y necesitan realizar por medio de la utilización terapéutica
de actividades diarias (ocupaciones). Algunas intervenciones comunes en
terapia ocupacional incluyen ayudar a niños en situación de discapacidad a
participar en la escuela y situaciones sociales, ayudar a las personas que se
están recuperando de lesiones y proporcionar servicios para adultos mayores
que están experimentando cambios cognitivos y físicos.1
conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que a través de actividades
aplicadas con fines terapéuticos, previene la enfermedad y mantiene la salud,
favorece la restauración de la función, cumple las deficiencias incapacitantes
y valora los supuestos del comportamiento y su significación profunda para
conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos
sus aspectos: laboral, mental, físico y social. (Promoviendo el mantenimiento,
desarrollo o recuperación de la independencia de la persona)
El uso terapéutico de la actividad y del movimiento comenzó con las
civilizaciones más primitivas. En el 2000 a.C. los egipcios alzaron
templos donde las personas afectadas de “melancolía” acudían
en gran número para aliviar su enfermedad y donde los juegos y
actividades recreativas ponían la nota característica.
En la Grecia clásica, Esculapio creó el hospital de la ciudad de
Pérgamo donde se trataba de aliviar el delirium a través de la
canción, música, literatura y farsas. Pitágoras, Tales de Mileto
y Orfeo utilizaban la música como remedio para distintos males
del cuerpo y la mente. Hipócrates resaltó la relación cuerpo-mente
recomendando la lucha libre, lectura y trabajo para mantener
y mejorar el estado de salud de los individuos. Cornelio Celso
recomendaba la música, la conversación, la lectura, el ejercicio
hasta la fatiga, los viajes y hasta un cambio de escenario para
aliviar las mentes trastornadas. Por su parte, Séneca aludía al
trabajo como remedio de cualquier clase de agitación mental.
Estados Unidos
El oscurantismo de la Edad Media llevó a un consecuente declive del
uso de la ocupación con fines terapéuticos.
Entre 1250 y 1700 el interés científico se dirigió hacia el análisis del
movimiento. Autores como Leonardo, Descartes y Bacon prestaban
especial atención a la fisiología aplicada al entorno adquiriendo una
connotación especial el ritmo, postura y gasto energético. Ramazzini
resaltó la importancia de la prevención frente al tratamiento y la importancia
de observar al paciente en su lugar de trabajo. Sanctorius desarrollo sus
teorías del metabolismo y señaló que los ejercicios ocupacionales y el ocio
podían incrementar la vitalidad.
Con la creación del primer hospital psiquiátrico de Europa en Valencia en
1409 (Hospital de Santa María de los Santos Mártires Inocentes) se inició
un importante movimiento de proliferación de establecimientos asistenciales
para enfermos mentales, entre ellos en 1425 el Hospital Real y General de
Nuestra Señora de Gracia, en Zaragoza, donde el padre Murillo describió
por primera vez los tratamientos a través de trabajos ocupacionales
o laborterapia, lo que influyó en gran medida en el tratamiento moral
de Philippe Pinel, quien prescribió ejercicios físicos y ocupacionales
manuales con la creencia de que la labor manual ejecutada rigurosamente
era el mejor método para asegurar una buena moral y disciplina.
Entre los siglos XVIII y XIX se produjo un rápido desarrollo de la psicología,
anatomía y fisiología, lo que contribuyó la aparición de los patrones de
fisioterapia y terapia ocupacional. Tisot (1780) clasificó el ejercicio ocupacional
como activo, pasivo y mixto y recomendó actividades como la costura,
la música o la natación entre otras. Al igual que la Guerra de Crimea
precipitó el establecimiento de la enfermería como profesión, la Primera
Guerra Mundial la fisioterapia y a pesar de que ya llevaba años de trayectoria,
no fue hasta la II Guerra Mundial cuando se reconoció la Terapia Ocupacional
como profesión.
En 1971 el médico M. Iberti había estudiado los métodos de tratamiento por
encargo del Comité de Mendicidad de Parías para poder realizar una reforma
sanitaria en Francia. Con la Guerra de la Independencia Española en 1808 el
hospital de Zaragoza fue destruido.
A pesar de estos antecedentes, la historia de la terapia ocupacional comienza
a estructurarse en Estados Unidos tal como la conocemos a fines del s. XVIII
y principios del s. XIX con el uso del tratamiento moral.
Durante la Primera Guerra Mundial aparecen los primeros "auxiliares de
reconstrucción", es en este periodo cuando la terapia ocupacional pasa
a formar parte activa en el tratamiento de la discapacidad física.
Durante la Segunda Guerra Mundial y con el aumento de la esperanza
de vida de los enfermos y heridos de guerra debido a la aplicación de
tratamientos más eficaces (la penicilina por ejemplo) los hospitales militares
necesitaban más terapeutas de los que existían en el país, lo que hizo
necesario desarrollar nuevos programas de formación. La segunda
guerra mundial no solo supuso un crecimiento en la profesión, sino que
también condicionó la primera crisis del paradigma original, que se vio
altamente influenciado por el modelo médico dando lugar a un nuevo
paradigma más mecanicista.
Benjamin Rush (1745-1813): es considerado con frecuencia como el
padre de la psiquiatría norteamericana, creía que el hombre estaba
hecho para ser activo, por lo que recomendaba ejercicio, trabajo y
música como parte del tratamiento de la enfermedad mental. Este
tipo de intervenciones (tratamiento moral) tuvieron su época dorada
entre 1840 y 1860, cuando por las dificultades económicas del
momento se deja a un lado este tipo de intervención. A partir de
este momento surge el “movimiento de artes y oficios” que se lleva
a cabo en el ámbito educativo y terapéutico proporcionando dos
enfoques distintos, el primero se denominó “ocupaciones en sala
y actividades para inválidos” dirigido a enfermos mentales y el
segundo relacionado con el “entrenamiento manual y entrenamiento
ocupacional” dirigido a la práctica para personas con discapacidades
físicas. Es en 1917 cuando la ocupación resurge como Terapia
Ocupacional al fundarse la NSPOT (National Society for the
Promotion of Occupational Therapy), actualmente conocida como
la AOTA.4Adolf Meyer (1866-1950), psiquiatra y mentor de Dunton
y Slagle, tomó las ideas fundamentales del tratamiento moral
y trabajó sobre ellas para crear su propia filosofía de la terapia
ocupacional agregando la idea de que la enfermedad mental
era un problema de adaptación, deterioro de los hábitos y de
falta de equilibrio entre trabajo y ocio.
La enfermera Susan E. Tracy (1878-1928), mientras trabajaba con
pacientes ortopédicos encamados se dio cuenta de los beneficios de
la ocupación para aliviar la tensión nerviosa y permitir a estos pacientes
soportar el encamamiento. Veía en la ocupación un importante aliado de
las terapias farmacológicas y creía en el entrenamiento de la autoayuda
. Desarrolló el primer curso sistemático de formación en la ocupación para
preparar a los instructores y escribió el primer libro conocido sobre terapia
ocupacional (Studies in Invalid Occupations). Creía también, al igual que Meyer,
que la relación interpersonal entre paciente e instructor era importante para
lograr el éxito en el tratamiento ocupacional.
El médico Herbert J. Hall (1870-1923), prescribía la ocupación a sus
pacientes como un tipo de medicina. Creía que la adecuada ocupación de
las manos y la mente era un factor muy potente en el mantenimiento de
la salud física, mental y moral en el individuo y la comunidad. Fue coautor del
libro “El trabajo de nuestras manos”, donde divide las ocupaciones en de
«diversión o entretenimiento» útiles en estadios avanzados o incurables
de enfermedad, y «remediadoras». Fue el primer estudio sistemático de
los efectos de la ocupación sobre la enfermedad mental.
La trabajadora social Eleanor Clarke Slagle(1871-1942), se interesó
por los efectos negativos de la inactividad de los enfermos mentales en las
estancias hospitalarias. Es considerada la madre de la profesión. Organizó
la primera escuela profesional para terapeutas ocupacionales en Chicago,
de la que fue directora. La interdependencia de los componentes físico y
mental eran claves para realizar la terapia; las actividades trataban de
buscar un equilibrio entre trabajo, descanso y juego en los pacientes mentales.
William Rush Dunton Jr (1868-1966), psiquiatra y considerado el padre de la profesión, publicó el primer texto completo de terapia ocupacional en el que recogía indicaciones para utilizar las ocupaciones. Fue el editor de la primera revista de terapia ocupacional (Archives of Occupational Therapy). También fue presidente de la primera sociedad americana de terapia ocupacional (NSPOT). Propuso que la terapia ocupacional representara la continuación del tratamiento moral.
Edward Barton (1877-1923), arquitecto, sufrió tuberculosis, lo cual le permitió experimentar personalmente los beneficios del tratamiento de la ocupación. Fue el primero en acuñar el término Terapia Ocupacional. Estaba interesado en conocer la respuesta del cuerpo humano a las intervenciones terapéuticas a través de la ocupación. Fue cofundador de la NSPOT y su primer presidente.
Gail Filder (1916-2005) basó su trabajo en la teoría psicodinámica e influyó en gran medida en el desarrollo del paradigma de la disciplina. Expuso el modo en que podía utilizarse la actividad para la expresión no verbal de pensamientos y sentimientos.
Mary Reilly (1916-2011) en su libro "Play as exploratory learning" trata por primera vez de un modo serio el tópico del juego en la disciplina. Reilly rabajó con los veteranos de la II guerra mundial que habían sufrido daño cerebral. Estaba convencida de que la terapia ocupacional debía desarrollar guías generales de práctica.
Elizabeth June Yerxa (1967) recordó a los terapeutas que el punto de vista reduccionista del modelo médico consideraba a los pacientes solo en términos diagnósticos, alejando la práctica de la verdadera terapia ocupacional. Desde el punto de vista filosófico no vemos al hombre como una cosa, sino como un ser cuyas elecciones le permiten descubrir y determinar su propia existencia.
Catherine Trombly desarrolló su trabajo en torno a la discapacidad física del adulto. Ha aportado el modelo de funcionamiento ocupacional. Considera que la adquisición de competencias en los entornos físico y social en los que vive el individuo contribuye al desarrollo de la autoestima, autoeficacia y control del ambiente.
Anna Jean Ayres Baker (1920-1989) es conocida por el descubrimiento y las publicaciones que hizo sobre el déficit de integración sensorial (cómo el cerebro procesa la información y elabora una respuesta adecuada. Se centró en cómo el déficit de integración sensorial afecta a la capacidad de aprendizaje de los niños. Fue autora además de tres de los principales instrumentos de pruebas estandarizadas de integración sensorial, the Southern California Sensory Integration Tests (1972), the Southern California Postrotary Nystagmus Test (1975), and the Sensory Integration and Praxis Tests (1989).